martes, 17 de diciembre de 2013

Abdel, de Enrique Páez (SM)

No siempre las cosas son como parecen. No siempre lo que soñamos se parece a lo real. No siempre una narración novelada es enteramente ficción.

Abdel es uno de los libros clásicos de la literatura juvenil española para abordar el tema de la inmigración, el multiculturalismo, el mundo árabe, el Sáhara y los tuaregs, etc. Y por más que pase el tiempo no pierde ni un ápice de su frescura y, lo que es peor, de su actualidad. Desde los años noventa, que es cuando fue escrita, la historia de Abdel se repite incesantemente.

El joven Abdel Muhbahar cuenta su propia vida: la historia de un largo viaje, de una lucha contra el mar y contra el hambre; la realidad de la inmigración ilegal, de la explotación laboral, de la mentira y de la droga (y su tráfico); la defensa de la familia; y al final es la lucha que se pierde, porque está, desde el principio, condenada a ser un fracaso. A veces las partidas se juegan con las cartas marcadas y no todos los jugadores lo saben. Y cuando lo saben ya es demasiado tarde.

A lo largo de trece capítulos se nos narran aventuras y desventuras de un chico que vive en un mausoleo y acaba en un centro de acogida para jóvenes, aunque ninguno de los que viven allí es tan especial como Abdel (al menos a los ojos de Charo Lafuente, pero ésa seguro que es otra historia).


El diario naranja de Carlota, de Gemma Lienas

En este nuevo diario, Carlota se plantea el tema de los derechos humanos y la inmigración. Así, con la ayuda y experiencia de algunos compañeros de clase de orígenes distintos, decide escribir sobre ello. Y es que, una vez más, Carlota está decidida a recabar la máxima información posible para formarse una opinión propia.


Devuélveme el anillo, pelo cepillo




Una historia llena de misterio e imaginación, en la que se cuentan las aventuras de Flipper y Miaja, dos personajes tan cercanos y humanos como cualquiera de los lectores. Los avances tecnológicos de ordenadores y medios audiovisuales son el hilo conductor de toda la intriga, que comienza en el primer capítulo y no cede hasta las últimas páginas. Con esta novela, Enrique Páez se revela como un ágil narrador, capaz de describir personajes y ambientes a base de acción y diálogos sin concesiones.